martes, 6 de noviembre de 2012

Polémico auge: el doping mental para estudiar

Usar drogas legales, un hábito que se extiende entre los universitarios
Por Susan Watts  | New Scientist


LONDRES.- La mayoría de nosotros desearía poder alcanzar siempre su mayor rendimiento mental. Podríamos tomar una taza de café para permanecer alertas o salir a correr para sentirnos mejor. Entonces, ¿qué tendría de malo tomar una pastilla para conseguir el mismo efecto?

Una reciente encuesta realizada por New Scientist reveló que el 38% reconoció haber tomado, por lo menos una vez, algún "estimulante cognitivo", y el 92% aseguró que lo tomaría de nuevo.

Las llamadas drogas para el mejoramiento cognitivo son medicamentos que se prescriben para tratar afecciones médicas, pero que también son conocidas por su efecto para mejorar la memoria y la concentración. Mucha gente las compra por Internet, lo que es riesgoso porque no se sabe lo que se adquiere. Tampoco sabemos casi nada sobre su efecto a largo plazo sobre el cerebro de la gente sana, particularmente la de los jóvenes. Pero algunos científicos creen que podrían tener un papel benéfico en la sociedad, si se las regula adecuadamente.

En la encuesta, la gente reconoció haber tomado modafinilo, normalmente prescripto para desórdenes del sueño, metilfenidato (popularmente conocido por su nombre comercial Ritalina) y la combinación amfetamina/dexanfetamina, utilizada para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

El rango de experiencias es impactante. Un participante escribió: "Me ayuda a aumentar mi concentración. Puedo estudiar un tópico durante seis horas que, por ejemplo, que me hubiera aburrido hasta las lágrimas en sólo dos horas". Otro escribió: "No me ayudó en nada, pero me sentí ansioso y excitado, no me pude sentar tranquilo hasta 15 horas más tarde".

Cuando se le preguntó sobre el potencial impacto en la sociedad, la gente mostró preocupaciones más allá del tema de la seguridad. Advirtieron que las drogas podrían crear una educación de dos niveles, en la cual algunos pudieran solventarse las drogas y otros no. También manifestaron preocupaciones más amplias, como "si la sociedad ha llegado a un punto en el que tenemos que tomar estimulantes para funcionar, entonces ésta es una sociedad que ha colocado el rendimiento por encima de la felicidad y la salud".

Laurie Pycroft, estudiante de la Universidad de Oxford, habló sobre su experiencia con el modafinilo. "Lo he tomado una pocas veces, primeramente por su habilidad para aumentar mis horas en vela y para permitirme concentrar y estar despierto durante largos períodos de tiempo. No lo tomo muy a menudo, pero si quiero estar despierto durante 30 horas cuando trabajo en un ensayo, es muy útil."

PALABRAS A FAVOR

Interesado en aprender más contacté a Barbara Sahakian, neurocientífica de la Universidad de Cambridge. Ella y su equipo trabajaron con gente con Alzheimer y Parkinson. Un área de su investigación está probando si las drogas estimulantes de la cognición, como el modafinilo, ayudan realmente.

Sahakian piensa que estas drogas podrían jugar un papel más amplio en la sociedad. Su más reciente investigación mostró que los cirujanos privados del sueño tenían mejores logros con el modafinilo. "Pienso que hemos subvaluado a las drogas. Como sociedad quizá podríamos ir hacia adelante si todos tuviéramos una forma de estímulo cognitivo que fuera seguro", comentó.

Decidí experimentar con la droga por mí mismo, pero antes tuve que asegurar a James Rowe, colega de Sahakian, que no había ningún riesgo. Tomé una tableta dos días seguidos sin saber cuál era modafinilo y cuál era un placebo. Luego hice más o menos una hora de tests para evaluar memoria, estrategia, planificación e impulsividad.

El segundo día me sentí más concentrado y controlado y pensé que había realizado mejor los tests. Ese fue el día en que se me había suministrado modafinilo. Rowe resumió así mi actuación: "Lo que hemos visto hoy es mejorías muy llamativas? en memoria y también en sus habilidades de planificación e impulsividad".

La naturaleza humana nos lleva a luchar contra nuestras limitaciones, pero ¿qué pasa con los riesgos? Antes de autorizar una droga como estimulante cognitivo para la gente sana los reguladores requerirán estudios de seguridad a largo plazo para poder medir los riesgos y beneficios. Las compañías farmacéuticas no tienen apuro para llevar a cabo esos estudios, pero Sahakian está solicitando que ese trabajo se realice antes que alguien se vea afectado.

Pero no son sólo los estudiantes los que manifiestan considerar beneficiosas a las drogas. Anders Sandberg del Future of Humanity Institute de Oxford, habla abiertamente sobre el uso de drogas estimulantes de la cognición. Está por comenzar un estudio en Alemania para comparar los efectos de una serie de estimulantes cognitivos -la grelina, que promueve el apetito, y la oxitocina, que está asociada con la empatía- con lo que lama "rendimiento moral". "Una vez que hayamos descubierto cómo funciona la moralidad como sistema emocional y mental, tendrían que haber maneras de mejorarla", comentó.

En pocas palabras, las pastillas estimulantes de la cognición son una realidad, y la gente las está utilizando. Pero, ¿cómo nos sentimos al saber que algunos compañeros de nuestros hijos puedan estar tomando esas drogas para tener un mejor rendimiento escolar o que un candidato que se presenta a una entrevista de trabajo pueda utilizar modafinilo para eclipsar a otros? ¿Y quién era el verdadero yo, el que tomó modafinilo o el que no lo hizo? Quizá deberíamos comenzar a pensar en estas cuestiones antes que aparezcan drogas que nos ofrezcan mucho más que unos pocos puntos de mayor rendimiento.

Traducción de María Elena Rey

martes, 30 de octubre de 2012

Inframundo por Cristian Rey

Sacado de contexto como en una película
Superando la ciencia ficción, hasta la mística...
Con el carma de ser negro y lo que eso significa
Me encamino en un mundo vigilado, señalado
Donde todo pasa por la crítica...
Allá todos creen saber más que yo
Y a su manera nos ningunean y clasifican...
Ahí es donde estás parado vos
Donde tus propios miedos te superan, te paralizan
Qué pasará dentro tuyo pienso
Al dirigirte a mi barrio de mal manera
Al señalarme tan rencoroso y nervioso
Tanto en invierno como en primavera
¿La perfección está fuera de mis pasillos?
¿O no te alcanza con tu abultada billetera?
La soledad está haciéndote añicos
En mi barrio la amistad es lo que nos da riqueza,
De tantos lujos en vos solo hay despojos
Que vez a mi realidad como a una novela.,
Tus prejuicios son los míos ojos!
Quizás esta puta rutina nos condena y supera
¿Qué será del rico que jamás pasó hambre?
¡Cuando escucho voces diciéndonos muertos de hambre!
¿Qué será de aquel que jamás pasó frío?
Cuando el último invierno se llevó a mi mejor amigo
Te cuento... hace unos veinte años atrás
Cuando mi viejo luchaba por una changuita
Cuando el mate cocido abundaba
Con suerte….acompañado de torta fritas
Cuando con mi vieja salíamos a la calle a juntar botellas
Y el paisaje mas hermoso y económico
Era mirar las estrellas,
Cuando la navidad y año nuevo
Daba lo mismo con tal de tener el platote de  comida
Ahí, justo ahí supe que existía otro mundo
Supe que no éramos los únicos en el planeta
Y aunque caminaba a veces con ojotas
Otros con chancletas
El hambre, el frío la pobreza,
Ayer y hoy genera muchísima tristeza,
¿Sabés qué? Eso no me hizo perder valores ni mis raíces
La unión, la familia, la amistad cerraron mis cicatrices
Quizás mi realidad está marcada con otros matices
Quizás no tuve lo tuyo…
Ahora sabés que no tuviste lo mío
Para mi fue doloroso pero gané mucho….
¿Para vos?
¿Para vos?
¿Quién vive en otro mundo?
Quién es del inframundo……………vos o yo….

Houellebecq en Pantalla

Todos los martes de noviembre a las 20.00 Luciana Calcagno y Nicolás Mavrakis presentan películas, entrevistas y cortos basados en la obra del escritor francés Michel Houellebecq.

Martes 6: Ampliación del campo de batalla (Extension du domaine de la lutte), 1999, Philippe Harel, 120 min.

Martes 13: Las partículas elementales (Atomised), 2006, Oskar Roehler, 113 min.

Martes 20: La posibilidad de una isla (La possibilité d'une île), 2008, Michel Houellebecq, 95 min.

Martes 27: La rivière, 2001, Michel Houellebecq, 16 min + Extractos de entrevistas realizadas al autor.

El acceso a la proyección vale $40 e incluye la degustación de dos copas de vino (una al comienzo y otra al cierre) y un descuento de $10 en la compra del libro en el que se base la película o de cualquier otro disponible en la librería. La promoción es solo válida para los días de proyección.

Se sugiere confirmar asistencia al 4833-9184 o por mail a abulafiaprensa@gmail.com

Los 10 tipos de adictos a redes sociales


Algunos no pueden vivir sin twittear, otros sin revisar si tienen nuevos seguidores y hay quienes matan porque sus posteos reciban un “Me gusta”. ¿Qué tipo de adicto eres?

1. El que le gusta todo
Para ahorrar tiempo, en vez de escribir algo en los posteos que le interesan, se limita a hacer click en “Me gusta”. Como consecuencia, sus amigos se ofenden porque cuando cuentan alguna noticia triste a través de Facebook reciben un “Me gusta” en lugar de un consuelo.

2. El chequeador compulsivo
Revisa su teléfono cada dos minutos en busca de nuevos tweets o fotos en Instagram, sin que le importe qué está haciendo o con quién se encuentra. Ya nadie soporta cenar con él porque no presta atención y es habitualmente multado por chequear el teléfono mientras conduce.

3. El que odia las vocales
Se deshace de todas las vocales que puede en sus tweets con el afán de aprovechar al máximo sus 140 caracteres. No sólo tira por la borda la gramática, sino que contagia toda su escritura con ese mal y termina escribiendo de la misma forma en sus correos, blogs y hasta en el trabajo.

4. El autorreferencial
Contesta la mayor parte de las preguntas que le hacen de la siguiente manera:“Deberías leer lo que escribí en mi blog acerca de eso”. Usualmente termina generando rechazo en sus círculos sociales, porque, a fin de cuentas, no contesta sus preguntas.

5. El amante de los alertas
Dispone su teléfono para que alertas sonoras le avisen ante cualquier cosa que pueda ocurrir: tweets, retweets, comentarios o fotos compartidas. Entonces, ante cada zumbido del celular, deja de preocuparse por lo que está haciendo y no puede tranquilizarse hasta averiguar qué pasó en el universo de las redes sociales.

6. El iracundo
Se enoja violentamente cada vez que una red social falla o se cae su sistema. A pesar de las nulas consecuencias que puede tener para su bienestar la imposibilidad de tweetear algo durante algunos minutos, la ira lo afecta durante horas.

7. El gurú social
En su tarjeta de presentación se autodefine como “Social Media Guru”. El problema es que en la actualidad, casi todo el mundo es un experto en redes sociales, así que no es muy distinto a presentarse como “Ser humano”.

Convierte en verbos a las redes sociales. No puede evitar utilizar frases como “necesito Instagram esto”, o voy a Reddit lo otro. Así pierde todo el poco crédito social que tanto se había esforzado en conseguir.

9. El socialmente influyente
Permanentemente revisa su nivel de influencia en todos los sitios que dan un puntaje. El problema es que al estar más preocupado por ver la incidencia que tiene que en escribir y subir cosas influyentes, termina dejando de influir.

10. El que se anota en todo
Se asocia a los sitios de todos los lugares que le interesan: clubes, bares, restaurantes. De tanto tiempo que dedica a asociarse, no le queda tiempo para ir a esos lugares.


Elogió la literatura nacional


Selva Florencia Manzur
fmanzur@diariouno.net.ar
Juan Sasturain regresa hoy a Mendoza para participar em dos eventos en la Feria del Libro, que se está desarrollando en el espacio Le Parc y que continúa hasta el domingo con todas las actividades gratuitas.
Sasturain es habitué de este encuentro anual de letras y de los que se hacen a lo largo y ancho del país, sobre todo por su versatilidad para hablar sobre literatura y porque, desde su participación en Ver para leer (2007), es una cara conocida y querida por el público masivo, tanto para quienes leen como para los que prefieren la televisión.
Actualmente, este profesor de Letras y docente escribe para Página/12 –donde dirigió un suplemento deportivo y hoy es editor– y conduce dos programas de TV: Continuará, por el canal Encuentro, y Disparos en la biblioteca, por la TV Pública.
Pero su arribo a la provincia nada tiene que ver con la pantalla chica. Sasturain hablará esta tarde sobre una novela que empezó a escribir en los ’90, pero que nunca concluyó. Mañana, en tanto, formará parte de una mesa sobre literatura futbolera.
Antes, junto con Escenario & tendencias hizo un recorrido por su vida como lector, su carrera y opinó del futuro de la literatura argentina.
–¿Cuál fue el primer libro que leyó?
–Me acuerdo que me regalaron uno que se llamaba Toby Tyler (de James Otis Kaler), pero yo leía revistas e historietas. Otros libros, como alguno sobre espiritualidad, me los regalaban para mi cumpleaños y jamás los leí. Bien intencionados los regalos, pero eran una plomada. También leí mucho de la colección Robin Hood.
–Y ahora, ¿qué está leyendo?
–Estoy leyendo con mucho placer a William Henry Hudson, un escritor extraordinario, quien pertenece a la literatura inglesa pero que adoptó una nacionalidad, una lengua y vivencia de otro lado. Hudson vino a la Argentina en 1941, vivió en la Pampa argentina y la contó como nadie. Le contó a los extranjeros cómo era. Es insoslayable para nosotros, nadie nos dio una visión como esa, tan naturalista de la pampa.
–Hace años que escribe sobre fútbol y aunque se lo han preguntado muchas veces, es un dilema vigente: ¿prefiere leer un libro o ver un partido de fútbol?
–Las dos cosas. Son placeres diferentes. Escribí varias veces sobre esto. Por ejemplo, el Boca-River del domingo fue un partido espantoso. Horrible. Pero a veces hay novelas que también lo son. Entre ver el partido del domingo y leer un libro de cuentos de (JD) Salinger, prefiero leer. Ahora, entre un partido de la Selección en un mundial o uno del Barça y una novela mala, prefiero toda la vida un partido.
Llegar a la TV, pasados los 60
–Con Ver para leer, lo conoció mucha gente que jamás lo había leído...
–Y es probable que siga sin leerme. Lo de la tele es un fenómeno independiente del escritor. La circunstancia fortuita de poner la cara en la tele me llegó después de los 60 años. Lo hice con mucho gusto, pero básicamente soy escritor y antes de eso, lector. La visibilidad que te da la tele, el hecho de que te reconozcan y te saquen fotos, es muy linda, pero nada tiene que ver con mi tarea de escritor. Te da más visibilidad y como los medios hoy son tan poderosos, se supone que porque uno sale en la TV es importante. Ese es un error bastante generalizado.
–¿Sirvió para fomentar el hábito en quienes no leen? Porque el programa estaba dedicado a ese público...
–Claro, es decir a la inmensa mayoría de los argentinos. Es probable que en algún caso sí, pero es inverificable. Estaba muy bien hecho, por gente que sabe de televisión. Ahora, si motivó a la gente a leer más, no lo podemos evaluar. Lo que sí puedo decir es que al entrevistar a escritores y usar libros que teníamos en casa y no los best sellers del momento, se naturalizó un poco más al libro. La percepción de un escritor y de lo que son los libros se naturalizó un poquito más.
En Mendoza, la novela inconclusa
–Viene a hablar sobre una novela que no termina: Un futuro dudoso o la novela interminable. ¿Cómo es eso?
–Es una especie de exorcismo (risas). Dicen que es mejor no hablar de lo que uno está escribiendo porque nunca la termina (a la novela), pero como nunca la voy a terminar, hablo. Supongo que la terminaré algún día, entonces, me dedico a hablar de ella para ver si doy toda la vuelta y termino escribiéndola. La estoy escribiendo de a momentos, por partes, desde 1992.
–Habla de la novela que no es...
–¡Claro! Voy leyendo pedazos para ver qué opina la gente. Si la gente dice que mejor no la termine, cambiaré de proyecto (risas).
–Acaba de publicar un texto en Página/12 sobre ser jurado de certámenes literarios. Siendo que ha leído a tantos autores inéditos, ¿qué opina del futuro de la literatura argentina? 
–La literatura argentina goza de muy buena salud. Los escritores son muchos, muy buenos y diferentes entre sí. La gente tiene mucha información, se están leyendo muchas cosas. Hay muchos talleres y se publica mucho más que en otros tiempos. Lo que habría que hacer es una especie de inventario de todo lo que se genera en el imaginario argentino que está vertido en esas, no sé, mil novelas que se escriben al año. Porque se publican algunas, pero muchas andan por ahí. A un concurso llegan 500 libros, uno elige 10 y lo otro, que se desecha, es un inmenso iceberg de imaginación y creación. Independientemente del valor literario que tenga, habría que registrar de alguna manera los sueños de todo el mundo.
Su itinerario
Este martes a las 19 Juan Sasturain presenta su working progress del libro Un futuro dudoso o la novela interminable. Sala roja.
Mañana, a las 19, estará en la mesa temática Literatura futbolera. Sala circular. 

Noches notables: cultura, cocina y buen beber


Una alternativa distinta donde se maridan las artes con ricos tentempiés; desde el 22 de noviembre en distintos cafés de San Telmo, invitados destacados disertarán mientras los participantes disfrutan de un cóctel

 
Foto: Gentileza Valeria Ordoñez
Por Dolores Moreno

Una propuesta donde confluye la cultura, la cocina y el buen beber. Acercar a la gente a los cafés notables, hablar sobre distintas disciplinas, escuchar -por ejemplo- a Clorindo Testa y sus observaciones y apreciaciones sobre la arquitectura, entre otras personalidades de las artes. En fin… un mundo se abre camino en medio de tantos submundos. Un claro maridaje entre artes y gastronomía.
¿En dónde? En El Celta Bar, que pertenece al grupo, "Los Notables", un idea cultural que nuclea a cinco Bares y Cafés históricos de la ciudad de Buenos Aires: Bar El Federal (1864), Café Margot (1904), Bar de Cao (1915), Celta Bar (1941) y Café La Poesía (1982). Todos declarados Cafés notables por el Ministerio de Cultura y reconocidos como Sitios de Interés Cultural por la Legislatura Porteña, salvo el Celta que está por ser nombrado. Estas esquinas fueron recuperadas y restauradas respetando su arquitectura e identidad originales, transformándose así en testimonios vivos de los siglos XIX y XX.
Y es justamente en estos espacios de intercambio, donde todavía se pueden ver unos cuantos escritores usando papel y lapicera, en lugar de una tablet; y donde todavía el rito del café o la picada se celebran como antaño, en donde arranca el ciclo Noches Notables, el 22 de noviembre.
Según las ideólogas, Romina y Karla Metti, de Nashi Contenidos se trata de una manera de acercar la cultura a la gente en primera persona: no arriba de un escenario, no detrás de una radio, no sobre el papel de una revista sino en vivo y con el formato descontracturado de la charla de café. Un ciclo donde la parte fundamental es la de rescatar costumbres, "la promesa del Café reside en la elaboración exclusiva para cada cliente (lo puede pedir con una sola gota de leche, bien cargado, hasta la mitad, espumoso, etc.) y en la experiencia que implica disfrutarlo sentado en una de sus mesas, con todo el estímulo visual y sonoro que lo rodea. La puesta en valor, la restauración, la propuesta gastronómica y cultural y el estilo de estos Bares y Cafés es lo que los transforma en lugares para repetir", explica Romina.

En la habitación contigua, traído desde Cuba por Puro Tabaco, Osmay Guzmán Álvarez , hace habanos en vivo y directo, y los reparte como souvenir. Y de fondo, el bandoneón de Mariano Dubiansky -gran intérprete de la tradición musical porteña- musicaliza la esquina bohemia de una de las cuadras más emblemáticas de San Telmo. Música, tentempiés, maridaje de vinos y cultura para compartir.
Próxima fecha: Jueves 22 de noviembre, a las 20 horas en Concert del Celta Bar (Sarmiento 1701), con Clorindo Testa y Juan Fontana

lunes, 8 de octubre de 2012

lunes, 1 de octubre de 2012

Ficción: los libros más vendidos


  • Misión olvido
    1
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    Misión olvido

    María Dueñas
    Temas de hoy
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  • Cincuenta sombras...
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    Cincuenta sombras...

    E.L. James
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  • Cincuenta sombras 2
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    Cincuenta sombras 2

    E.L. James
    Grijalbo
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  • Cincuenta sombras liberadas
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    Cincuenta sombras liberadas

    E. L. James
    Grijalbo
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  • Baila, baila, baila
    5
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    Baila, baila, baila

    Haruki Murakami
    Tusquets
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  • No te escondo nada
    6
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    No te escondo nada

    Sylvia Day
    Espasa
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  • El abuelo que saltó por la ventana y se largó
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    El abuelo que saltó por la ventana y se largó

    Jonas Jonasson
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  • Danza de dragones
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    Danza de dragones

    George R.R. Martin
    Gigamesh
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  • Donde se alzan los tronos
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    Donde se alzan los tronos

    Ángeles Caso
    Planeta
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  • Cuervos
    10
    Semanas en lista: 1

    Cuervos

    John Connolly
    Tusquets
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Hobsbawm, el último testigo del siglo XX


Fallece a los 95 años uno de los pensadores más importantes de Europa y el más célebre de los historiadores marxistas británicos. Fue autor de clásicos como la trilogía de las Eras




El historiador británico Eric Hobsbawm ha muerto este lunes en Londres a los 95 años. Miembro del Partido Comunista desde 1936 hasta que se derrumbó después de 1989, ejerció la mayor parte de su vida como profesor de la Universidad de Cambridge.

Cuando en 1994 Eric Hobsbawm publicó al fin su Historia del siglo XX lo hizo casi contra su voluntad. Que el más respetado investigador de la contemporaneidad no hubiera hincado sus dientes aún en el siglo más apetitoso para la historiografía obedecía a un rechazo consciente y razonado:el siglo XX era el suyo y el testigo Hobsbawm no creía contar con la distancia temporal y emocional suficiente. Tal vez fueron esos recelos los que propiciaron una tibia acogida del libro por parte de la crítica.

Y es que Eric Hobsbawm había nacido en Alejandría el 9 de junio de 1917 un año antes de que el siglo realmente empezara. Como él mismo explicó tantas veces, el corto siglo XX brota entre las cenizas de la Gran Guerra, en 1918, cuando el mundo de ayer se esfuma, y muere en 1989, con la desintegración del comunismo. 1917 es también el año de la Revolución en Rusia, acontecimiento que marcaría para siempre la actividad intelectual de Hobsbawn.

Hobsbawm creció en una familia de judíos laicos en Viena y Berlín los años de la tan prometedora como fracasada República de Weimar. Huérfano desde niño y adoptado por sus tíos paternos, contaba 15 años cuando Hitler ascendió a la cancillería: “El 30 de enero de 1933 no es una fecha arbitraria en la que Hitler accedió al cargo de canciller de Alemania, sino una tarde de invierno en Berlín en que un joven de quince años, acompañado de su hermana pequeña, recorría el camino que le conducía desde su escuela, en Wilmersdorf, hacia su casa, en Halensee, y que en un punto cualquiera del trayecto leyó el titular de la noticia. Todavía lo veo como en un sueño” (Historia del siglo XX, Crítica, 1995).

Ese mismo año la familia marcha a Gran Bretaña. Hobsbawm se doctora en el Kings College de Cambridge, participa sin llegar a combatir en la II Guerrra Mundial y se afilia al Partido Comunista. La nutricia y poderosa escuela de los historiadores marxistas británicos hallaba así a su primera y más eminente figura. De su prolongada militancia en las filas del materialismo histórico dará cuenta en su autobiografía Años interesantes. Una vida en el siglo XX (Crítica, 2003). Historiador, marxista, británico de adopción, Hobsbawn no podía sino dirigir sus esfuerzos intelectuales al siglo XIX, el de la revolución industrial, el auge de la burguesía y del imperio y la consolidación de un novedoso y revolucionario sistema socioeconómico: el capitalismo.

Hobsbawm quiso explicarse y explicar todo aquello lejos de los cenáculos de especialistas y acometió la escritura de la espectacular y muy leída trilogía de las Tres Eras: La Era de la Revolución: 1789-1848La Era del Capital: 1848-1875 y La Era del Imperio: 1875-1914. Con afán divulgado y nervio narrativo, se convertiría en una de las más importantes obras de renovación historiográfica del siglo.

Ni la revolución húngara de 1956 ni la Primavera de Praga de 1968, cuando la mayoría de sus compañeros historiadores y marxistas se borraron del Partido, enajenaron su filiación comunista. Hobsbawn se mantuvo fiel pese a las críticas hasta la mismísima caída del Muro, cuando media Europa se acostó socialista y despertó capitalista. En una entrevista posteriordefendía, pese a todo, que sus “enormes esperanzas para un mundo en el que los humanos pueden ser humanos”, se conservaban firmes. No por casualidad titulaba su último libro publicado Cómo cambiar el mundo. Marx y el marxismo, 1840-2011(Crítica, 2011)

Historiador, militante feroz, crítico de jazz en sus ratos libres, enamorado de los rebeldes primitivos, del mítico general Ludd que dio su nombre a los destructores de máquinas y de los bandoleros andaluces, Hobsbawm fue un terco testigo de su siglo, el XX, una centuria corta e intempestiva que queda hoy, con su muerte, algo más lejos.
 


Teatro callejero


Hasta el domingo 7 de octubre, el grupo de teatro callejero italiano Núcleo desarrolla en Parque Avellaneda un seminario gratuito de Dirección de Teatro para Espacios Abiertos. Durante los encuentros, se realizarán actividades de reflexión e intercambio con teatristas profesionales o en formación acerca del teatro callejero como oficio y como apuesta estética en el presente, y las estrategias para pensar su continuidad y perfeccionamiento como instrumento eficaz de expresión en el porvenir. Organizado por el grupo La Runfla, el seminario se dicta de 14 a 18 en el Centro de Artes Escénicas El Tambo (Directorio y Lacarra). El sábado 6 y el domingo 7 los participantes presentarán una muestra teatral. Informes e inscripciones de lunes a viernes de 18 a 22 al 4672-5708.

Ciclo en Canal 7

Más de 500 personas participaron ayer del recital que dio Virus como cierre del ciclo “Total interferencia” dedicado al rock nacional, en una producción conjunta entre Nacional Rock FM 93.7 y la Televisión Pública. Con entrada libre y gratuita, Canal 7 abrió sus puertas para recibir a una de las grandes bandas de la historia del rock argentino. A treinta años de la edición de su primer disco, Wadu Wadu, la banda platense abrió el show con su mítico tema “Me puedo programar”. Luego siguieron clásicos como “Una luna de miel en la mano”, “Imágenes Paganas” y “Hay que salir del agujero interior”. Frente a un público eufórico, el “Wadu wadu” se bailó y disfrutó en el Estudio 1. La Televisión Pública fue entonces el lugar que esta banda, que marcó un hito en la escena de rock nacional, eligió para festejar sus tres décadas de música. En octubre, el ciclo cambiará de día y se realizará los sábados. En el mes aniversario del canal, la Televisión Pública contará con la presencia de Me darás mil hijos ( 6 de octubre) y Los amados (20), entre otros shows.

El Petiso Orejudo: a 100 años del niño asesino que se convirtió en leyenda


Tal vez ningún crimen sea más aborrecible que el asesinato de un niño. Las muertes violentas de pequeñas criaturas generan un impacto en la sociedad que deja marcas imborrables. Un poco eso, y otro poco el morbo, el mito y el sensacionalismo lograron que Cayetano Santos Godino, alias " El Petiso Orejudo ", pasara a la historia como una especie de "monstruo".
Escritores, periodistas, criminólogos y especialistas de otras áreas, que mañana a las 17 hs presentarán un coloquio en el Museo del Libro y de la Lengua , analizan qué significaron los asesinatos y delitos cometidos por este singular adolescente en el marco de la historia criminal argentina.

(Escriben: Osvaldo Aguirre, Álvaro Abós, Rodolfo Palacios, Javier Sinay, Raúl Torre, Carlos Elbert, Leonel Contreras, Diego Galeano, Daniel Silva) 

EL CARÁCTER HISTÓRICO Y SOCIAL DEL DELITO

Por Osvaldo Aguirre*
En los relatos más convencionales, el Petiso Orejudo aparece como un caso único, extraordinario; un "monstruo", un otro radicalmente ajeno a la sociedad en que vivió. Sin embargo, precisamente el acento que se pone en desvincular al criminal de su época denuncia el carácter histórico y social del delito y de los delincuentes.
Creo que la historia y los actos del Petiso no pueden ser comprendidos sin tener en cuenta, por un lado, su escenario y sus coprotagonistas: las transformaciones de la ciudad de Buenos Aires a principios del siglo XX y la situación de los niños que, como Cayetano Santos Godino, padecieron entonces la pobreza, la explotación laboral y el acoso de instituciones represivas que pretendían normalizarlos.
Al mismo tiempo, también ser considerados en el análisis los narradores de esa historia, los actores que construyeron la leyenda del Petiso tal como ha llegado a nuestros días: los criminológos, la prensa sensacionalista y la policía.
El Petiso nos muestra ejemplarmente que los crímenes y los criminales pertenecen íntimamente a una sociedad y a una época y que las historias de "monstruos" son los modos más comunes en que una sociedad desconoce su propia responsabilidad en tales episodios.
* Periodista, autor de "Enemigos públicos", "Historias de la mafia en la Argentina" y de otros libros.

EL ASESINO QUE SE CONVIRTIÓ EN MITO

Por Álvaro Abós*
Los atroces asesinatos que, durante el año 1912, cometió Cayetano Santos Godino, de 15 años, en la persona de niños del barrio de San Cristóbal, plantearon a la ciudad de Buenos Aires un desafío inédito: qué hacer con un asesino semejante, quien actuó con una crueldad desconocida y quizás nunca igualada, hasta hoy.
El asesino se convirtió en un mito. La curiosidad y el miedo trenzaron fábulas y fantasías sobre Godino, el Petiso Orejudo. Su historia, además de comportar una tragedia humana, desnudó las caras de la Argentina de entonces, el régimen conservador y el país de la inmigración.
El Petiso ahorcaba a sus víctimas con un piolín. Foto: Archivo 
Se pusieron en juego los mecanismos policiales, penitenciarios, médicos, judiciales, periodísticos. La historia criminal de un país forma parte de la historia "grande", aunque pudibundeces e ideologismos suelen confinar su materia al anecdotario truculento y banal.
Que criminólogos, investigadores de diferentes disciplinas sociales, escritores, periodistas, artistas reconstruyamos, reflexionemos y tratemos de comprender un episodio -en este caso un personaje- de la historia negra, es promisorio.
Es aceptar con madurez que el pasado no es una colección de cromos heroicos sino una construcción difícil, levantada con oro y barro.
* Escritor, autor de "Asesinos", "Al pie de la letra" y otros libros.

UNA VIDA DESGRACIADA

Por Rodolfo Palacios*
El caso del Petiso Orejudo trascendió la frontera del crimen. Se convirtió en una leyenda. Una huella que perdurará en el tiempo. También refleja una época. Por entonces, el asesino era demonizado hasta el extremo: a Santos Godino lo llamaron hiena, sátiro y bestia imbécil.
Los criminólogos basaban sus teorías en el positivismo y hasta propusieron operarle las orejas al criminal. Y el Petiso Orejudo no era un ser extraño de la sociedad: era producto de la sociedad. Pocos tuvieron en cuenta su vida desgraciada, los golpes que recibió de su padre, la falta de educación y el hambre que lo llevaron a cruzar los límites. En un contexto donde la policía y la justicia tampoco hacían mucho para prevenir o actuar a tiempo.
Un librito ilustrado con una caricatura de una oreja y un ojo desorbitado de Godino, publicado en 1953 y escrito por J. E. Fentanes, acaso define en una frase la forma de pensar de esa época: "Que el cielo juzgue al horripilante monstruo, que tuvo la desdicha de nacer para desgracia de sus semejantes".
 
Hijo de inmigrantes italianos, Cayetano se crió en medio de la pobreza y la violencia. Foto: Archivo 
Hasta el mismo Carlos Eduardo Robledo Puch, a quien entrevisté en Sierra Chica, reconoce que el Petiso Orejudo fue una víctima más. "Los golpes lo dejaron idiota. Es más, quiso ir a la cárcel para aprender de otros delincuentes", dice Robledo, quien entre 1971 y 1972 mató a once personas. Está preso desde entonces.
* Periodista, autor de "El Ángel Negro", "Adorables criaturas" y "Pasiones que matan".

EL MIEDO AL ALUVIÓN INMIGRATORIO

Por Javier Sinay*
El Petiso Orejudo es el mayor asesino argentino. No por la cantidad de sus víctimas (cuatro muertos y siete heridos, una cifra superada por Carlos Robledo Puch, por Francisco Laureana, por Mateo Banks y por muchos otros), sino por la calidad de sus crímenes.
Y esto tiene que ver con lo que significaron para su sociedad y lo que dejaron para la nuestra, que un siglo después sigue hablando de él. Godino fue el primer asesino serial, fue un agresor social cargado de negatividad que condensó en sus orejas aladas y en su mirada opaca todos los miedos que generaban el aluvión inmigratorio (el mismo Godino era hijo de italianos) y la modernización y el crecimiento urbano (la ciudad de Buenos Aires pasó de tener 663.854 habitantes en 1895, según el Censo Nacional elaborado un año antes del nacimiento del Orejudo, a 1.576.597 habitantes en 1914, según el Censo Nacional elaborado dos años después de su detención).
* Periodista, autor de "Sangre Joven" y "100 crímenes resonantes que conmovieron a la sociedad argentina".

¿SE HIZO JUSTICIA?

Por Raul Torre*
Cayetano Santos Godino (a) "El petiso orejudo" ha sido el primer caso registrado por la criminología argentina al cual se le aplica el labeling de asesino serial. El total de homicidios que se le adjudican es de cuatro, además de por lo menos siete tentativas; en todos los casos se trató de menores de corta edad. Fue condenado y enviado a cumplir su sentencia en la cárcel de Ushuaia. Allí le operaron sus orejas aladas, con la convicción de que en ellas podía encontrarse la causa de su maldad.
La plena vigencia del positivismo de Cesare Lombroso, en la criminología de la época, tuvo influencia capital en el caso. Es que era llamativo en Godino su aspecto físico, por su cuerpo mal formado de niño con rostro y sexo adultos, y una personalidad básicamente instintiva. Sus gestos y el contenido de sus conversaciones evidenciaban, rápidamente, a alguien de muy escaso desarrollo intelectual. Tenía orejas y extremidades desproporcionadamente grandes, y era muy limitado físicamente.
La historia de Godino era común a la promiscuidad, la miseria y la marginalidad, estructuradas en las condiciones propias de la inmigración campesina pobre. Sus padres eran italianos provenientes de Calabria, a quienes en general se los conocía como genoveses, en una clara alusión al puerto de embarque y no específicamente a su lugar de origen.
Pertenecía a una numerosa familia (tenía ocho hermanos), de las que habitaban los conventillos del Buenos Aires de fines del siglo XIX y hasta casi mediados del XX. Su padre, Fiore Godino, de profesión farolero - encendía el alumbrado a gas - y luego albañil, sufría de dos enfermedades, verdaderos flagelos en la sociedad de aquellos años, la sífilis y el alcoholismo, y era abusador y golpeador. Sobre su progenitora, Lucía Ruffo, hoy en dia sentenciaríamos: madre claramente abandónica.
Fue hallado sin vida en su celda, la nº 90, el 15 de noviembre de 1944. Y se llevó tras él la curiosidad de su sórdida historia... quedaron el mito, el paradigma y unas preguntas que tal vez hoy tengan una adecuada respuesta. ¿Era imputable? ¿Debía ser recluido en una prisión para delincuentes comunes? ¿Cuál fue el origen de su peligrosidad? Consecuentemente... ¿se hizo justicia?
* Profesor de Criminalística, autor de "Homicidios seriales" y otros libros. Presentador del programa de televisión "Forenses".

LA CREACIÓN DE LA FIGURA DEL "MONSTRUO"

Por Leonel Contreras*
Los crímenes del Petiso Orejudo ocurrieron esencialmente en 1912, un momento en el que Buenos Aires estaba dejando de ser la Gran Aldea que contó Lucio V. López e incluso la posterior "París de Sudamérica" que soñó Torcuato de Alvear, para convertirse en una de las metrópolis más habitadas del mundo. Fue en este momento cuando empezaron a emerger en la ciudad una serie de situaciones que nunca antes habían ocurrido y que tenían protagonistas más bien propios de una ciudad de masas.
Estos personajes protagonistas (es el caso de Godino) tuvieron una existencia concreta, ya que fueron seres de carne y hueso que nacieron, vivieron, actuaron y murieron en distintos momentos históricos que casi siempre es posible ubicar cronológicamente.
Es común, sin embargo, que sus existencias estén permanentemente vinculadas con hechos ficticios o mitológicos, lo cual hace que pierdan su ubicación temporal para así ingresar en un mundo paralelo, un mundo "mágico" sin tiempo ni espacio.
En Buenos Aires, de alguna u otra manera, todos o casi todos conocen la historia del Petiso Orejudo. Su "carrera" criminal lo ha convertido en uno de los asesinos más famosos (posiblemente el más) de toda la historia criminológica argentina. Sin embargo, de alguna forma integra la galería de estos personajes mitológicos que comentamos en el párrafo anterior.
El hecho de que en una ciudad como Buenos Aires, que en 1912 estaba comenzando a nacer como una metrópoli masiva, haya aparecido un muchacho enfermo con instintos criminales, capaz de clavarle un clavo en la cabeza a un nene de 3 años, generó una de las figuras que toda ciudad de masas necesita: la del monstruo.
El asesinato de Jesualdo Giordano puso fin al raid criminal de Godino. Foto: Archivo 
En el caso de Latinoamérica y especialmente de Argentina, donde no existió puntualmente una literatura gótica, tenemos que muchas veces estos monstruos tuvieron que ser tomados de la misma realidad. Ese es el caso del Petiso Orejudo, quien fuera el protagonista exclusivo de la página más oscura que tuvo la historia criminológica de Buenos Aires desde 1580 hasta la fecha.
El Petiso fue el "monstruo" de Buenos Aires durante muchos años. No casualmente mi abuela, nacida siete años más tarde de la detención de Godino, suponía cuando ella era chica que éste andaba suelto por la calle raptando y matando chicos.
Ocurre que evidentemente, el Petiso sirvió, al ser un asesino de niños, como un instrumento de poder para los padres porteños, que muchas veces se veían obligados a utilizar su figura como método para obligar a sus hijos a comer o bien para que no salieran solos a la calle.
En este sentido tenemos que recordar que existen algunas figuras míticas tradicionales tales como el "Cuco" o el "Hombre de la Bolsa", que también han surgido con este fin y han servido desde antaño para "asustar" a los chicos a la hora de la comida. Este uso mítico de la figura del Petiso Orejudo obligó a magnificar la figura de ese personaje, cambiando incluso su fisonomía o haciendo que ésta se ignorase para convertirlo de esa manera en el monstruo que se necesitaba.
En la actualidad, aunque ya casi no se use para asustar chicos, la figura del Petiso Orejudo como "monstruo" sigue completamente instalada. Es por eso que sigue siendo común escuchar a historiadores y periodistas afirmar que Cayetano Santos Godino fue el "más terrible asesino serial de la historia cronológica argentina". De la misma manera, también es costumbre sostener que fue el primero de todos ellos.
Pues bien, no fue ni el primero ni el más terrible, es más, algunos sostienen que ni siquiera puede ser considerado como un "asesino serial" convencional, ya que no tuvo un plan concreto de elección de sus víctimas. Sí, en cambio fue "asesino múltiple", aunque tampoco el primero: solo basta recordar las "andanzas" de Pepe Requejo y Domingo Cayetano Grossi.
*Escritor, autor de la biografía "La leyenda del Petiso Orejudo".

LAS INCONGRUENCIAS POLÍTICO CRIMINALES DE LOS PRINCIPIOS POSITIVISTAS

Por Carlos Elbert*
El caso del Petiso Orejudo ha sido, en suma, un caso que permitió poner a prueba los conocimientos penales y criminológicos de comienzos del siglo XX, sus incongruencias, y lo que significaba llevar a la práctica las ideas positivistas dominantes.
El caso Godino es una documentación clara, tanto de la aplicación de los principios positivistas, en particular los referentes a la peligrosidad y a la defensa social, como de las incongruencias político criminales a que esos principios conducían.
Es curioso que, recurrentemente, el caso es reflotado por diarios y revistas, y reproducido de manera escabrosa, contribuyendo a perpetuar el mito del criminal nato, monstruoso y deforme.
* Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales. Profesor de Derecho Penal y Criminología (UBA). Autor de "Manual Básico de Criminología" y diferentes libros en esa disciplina, traducidos al portugués y al italiano.

LA HISTORIA CRIMINAL QUE SOBREVIVIÓ 100 AÑOS

Por Diego Galeano*
El centenario de los crímenes del Petiso Orejudo es una invitación al debate, no tanto por la redondez del número o la fuerza de la efemérides, sino por el propio hecho de que un criminal perdure cien años en la memoria popular. No es algo común, ni obvio.
A lo largo de la historia argentina existieron crímenes resonantes, conmovedores, con mucha presencia en la prensa y en las conversaciones cotidianas, pero que no trascendieron a las generaciones que lo vivieron. Cómo un crimen y un criminal sobrevive cien años en la memoria de una ciudad: esa es la pregunta que nos convoca.
Para responderla, partimos de la premisa de que no es posible pensar a un crimen pasado prescindiendo de la forma en que fue narrado, repetido, contado una y otra vez. La leyenda del Petiso Orejudo tuvo fuerza por su capacidad de activar la vieja cuestión de la monstruosidad, muy presente en la cultura popular, y a la categoría de anormalidad, central para los discursos y las prácticas que edificaron al sistema penal moderno.
* Sociólogo e historiador, especializado en historia del delito y de la policía en América Latina. Autor de "Escritores, detectives y archivistas. La cultura policial en la ciudad de Buenos Aires, 1821-1910".

EL TRASTORNO ASOCIAL DE LA PERSONALIDAD

Por Daniel Silva*
Nos encontramos frente al caso de una persona que cometió diversos homicidios y delitos. Como resultado de las diferentes evaluaciones psiquiátricas que se realizaron a Godino y conforme a los diversos criterios diagnósticos que utilizaban los evaluadores, puede arribarse a una cierta controversia nosológica sobre cuál era en realidad la personalidad del "Petiso" y si el mismo presentaba alguna afección psiquiátrica que limitara o aboliera su capacidad para el reproche penal.
Godino fue examinado, según las fotocopias del expediente, a las cuales he tenido acceso por los Dres. Negri y Lucero en primer término, luego por el Dr. Victor Mercante, más tarde por el Dr. Nelson y por último por los Dres. Cabred y Estevez. En todas las pericias, los expertos consignan elementos indicadores de lo que hoy llamamos Trastorno Asocial de la Personalidad.
Las orejas aladas de Santos Godino fueron motivo de estudio de criminologos. Foto: Archivo 
Debe recordarse que por aquella época no existía en la Psiquiatría un ordenamiento consensuado de la nosología y cada profesional diagnosticaba el caso según la escuela en que se había formado. Los criterios diagnósticos tales como hoy los conocemos vinieron muchos años mas tarde. De cualquier manera, las pericias son coincidentes en destacar los "rasgos o estigmas degenerativos" típicos del positivismo reinante en la época. Aún más, Godino era el paradigma vivo de lo que el positivismo consideraba como "hombre delincuente".
Hoy en día, con los conocimientos actuales en psicopatología, no cabe duda de que Godino debió ser considerado un caso de trastorno de personalidad de tipo asocial, injerto en un individuo carente de estimulación psicosocial.
Es este aspecto el que a mi entender confundieron algunos de los examinadores cuando consideraron que el nombrado presentaba imbecilidad ( Dres. Lucero y Negri). Lejos de ello, el modus operandi de Godino evidenciaba un nivel de inteligencia práctica destacable. Lo que sí le faltaba era la impronta de la educación, pero no inteligencia.
Tampoco debe olvidarse el contexto social como lo señala el Dr. Mercante en su dictamen, absolutamente marginal y poco favorecedor del desarrollo de los sentimientos sociales. En éste sentido podemos ser contestes con la Ley de Salud Mental (26.657), cuando reconoce a la misma, como un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona.
* Psiquiatra, perito forense, autor de "Homicidios seriales" y otros libros